Disonancia cognitiva
Este es un tema muy interesante que aparece en libros como: «Mistakes were made (but not by me)», «The invisible gorilla» y «Thinking fast and slow».
El cerebro no es una computadora, es una máquina de supervivencia. La lógica pura es ineficiente, lenta e insuficiente para tomar decisiones, por eso necesitamos a las emociones. Y para asegurar que no pasemos demasiado tiempo dudando nuestras decisiones pasadas, tenemos la justificación.
También contamos con la disonancia cognitiva, que es la lucha de dos conceptos opuestos en nuestra mente. Por ejemplo: «yo soy una persona honesta» vs. «no le dije al cajero que me dio cambio de más». Esta disonancia cognitiva nos incomoda y empuja a justificar con más fuerza nuestras acciones («el súper cobra muy caro», «más me quitan en el redondeo»), creando un círculo que puede ser virtuoso o vicioso, dependiendo de las decisiones que nos orille a tomar.
Lo peor de la disonancia cognitiva es que puede hacer que cuando somos injustos con alguien, la «agarremos» contra esa persona. Si yo soy una persona buena (y la mayoría de la gente se percibe así) y le hice algo malo a esta persona, seguramente fue porque se lo merece. A veces me ha tocado ver gente que me dice: «nunca le hice nada, y de repente me hizo _____________ y me dejó de hablar». El ofensor en este caso probablemente se topó con la alternativa de admitir que había obrado mal, y en vez de reconocerlo, prefirió justificarse diciendo que el ofendido se lo merece.
¿Y qué se puede hacer para evitar esto? Como lo recomiendan en «Mistakes were made», estar conscientes de cómo funciona. Esto nos ayudará a entender a los que no pueden aceptar sus errores, y a cuestionar nuestra tendencia personal a asumir que siempre tenemos la razón.
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